Aquello que antes me sostenía es lo que hoy me mantiene frente a ti.
Es que te tengo y no.
Es que te miro desde mi ventana enmohecida,
y,
como u niño,
grito cuanto y como te extraño.
Es que te miro con los ojos inyectados de lágrimas,
y tú sólo sonríes.
Es que comencé a amarte desde el instante mismo que cerraste las puerta
(o cuando bajabas del metro, o en la playa, o en las paredes desechas de mi cuarto);
Es que te veo deshacerte en brazos ajenos y mezquinos,
te imagino sosteniendo tu nombre en los labios de ese otro.
Es que sé que me amas...
Es que sé que en las noches
deseas mis brazos cubiertos de poesía.
sé que no cruzas mi mirada por temor a encontrarte desnuda.
y si tus palabras dijeran lo que sientes,
¿en que morada de tus soledades me alojaría?
Es que sé que estamos unidos,
dos mártires entregados al sacrificio de las manías de un sino incompleto.
Es que sé que hay tardes en que esperas mi llamado,
buscas mi consejo,
miras en los televisores mi imagen,
como yo lo hago...
Es que sé que me amas, es que sé que estarás cerca mío.
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