Infectándolo todo con la negritud de mis pensamientos obtusos,
racionales,
fragmentarios...
ensuciando las palabras con las penosas ganas de tomar el teléfono y marcar aquel número que conservo en mi memoria...
Salir a media noche y embarcar las ganas tremendas de lidiar con las fortalezas de los magníficos seres inmortales.
zambullirse en las oscuras lágrimas de aquellas oraciones aprendidas durante los largos años de tu ausencia...
¿Ausencia?
decencia
indecencia
temer a la inconstancia,
a la crudeza,
al dolor...
matar las alimañas que se quedan prendidas en la ropa.
matar monjas, cléricos y sacerdotes...
resucitar cadáveres, maleficios, estigmas.
refugiarme en las fisuras de los labios,
en las penetrantes fragancias de las flores muertas de la tumba olvidada al fondo del cementerio...
construir falacias,
alimentar penurias,
soñar
cantar,
elaborar...
Ser auténticamente falso, modestamente soberbio.
irónicamente solitario
Quedarse solo
solo
VER AL HIELO DERRETIRSE Y ESPERAR A QUE EN CUALQUIER MOMENTO SE TRANSFORME EN pequeñas PARTÍCULAS
Partículas
esencia de tu presencia
manicure de pétalos ensartados en tu orgásmico cuerpo
Creer que estarás siempre y que no desapareces entre nubes de infinita nostalgia...
Nostalgia de palabras olvidadas
nostalgia de canciones de perdidas en la memoria de los luchadores espaciales.
penitencia de pasión extraviada en camas ajenas, en delirios falsos, en caricias
caricias reales
caricias tuya
mías
nuestras
las del desconocido
las de mi pactada inocencia.
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