¿Cuándo dejamos de amar?

Dejamos de amar cuando el rostro del otro ya nos parece tan especial, cuando sus palabras dejan de parecernos dulces, lindas y únicas... cuando nos damos cuanta que sus gustos no son los mismo que los nuestros, que lo que parecía bueno en un inicio no lo es tanto... cuando nos damos cuenta que somos un estorbo y todo lo que hacíamos encantados ahora nos parece patético y de mal gusto... dejamos de amar cuando el desayuno se avinagra a las 14.00 en espera de que alguien tome el primer sorbo de café... dejamos de amar cuando prefieres dormir solo en una cama de dos plazas y cierras la puerta porque sabes que nadie vendrá a golpearla.... Dejas de amar cuando te empiezas a dar cuenta que prefieres estar conversando con algún desconocido y no te preocupa que te celen.
Dejamos de amar cuando el sentimiento de culpa se elimina y da paso a la nostalgia de mejores tiempos pasados, cuando caminabas descalzo por la playa sin preocuparte de que la arena estuviera caliente. Dejamos de amar cuando ya no esperas que te llamen y sabes que tu llamado sólo provoca molestia e indignación. Dejamos de amar cuando la mirada se pierde en otros ojos... inconscientemente, recordándote lo especial que puedes ser... Dejamos de amar cuando comprendemos que un "mañana todo estará bien" no es verdad...
Pero, ¿Por qué dejamos de amar? o ¿Dejamos de amar alguna vez?... la verdad, no... lo que se aprende no se olvida ni se guarda en un cajón para reutilizarlo a nuestra comodidad... no escogemos lo que amamos, simplemente lo amamos... y si alguna vez sentimos que lo dejamos de amar es porque quizás nunca lo amamos... es un capricho, un enamoramiento, una lucha irresponsable por superar la soledad, las trancas y los miedos... de eso se trata entonces, de superar el limite del enamoramiento y comenzar a amar... de siempre estar dispuesto y disfrutar sin miedo de nuestros instintos... ¿Cómo podemos pensar que dejamos de amar si nunca hemos comenzado a amar?... tal vez nos confundidos constantemente y creemos que amar es simplemente comer pop-corn en el cine o escaparse de Santiago a un lugar paradisíaco, o creemos que el amor es un energía irrefrenable e inmadura y no nos damos cuenta que estamos confundidos... eso no es amor... Por tanto... eso no es amor... es otra cosa, es un desesperada conducta de nuestro inconsciente: pensamos que amor es ver una película muy cursi a su lado y no nos damos cuenta que eso es solamente una falacia y que el verdadero gesto de amor es decirle que tal película no es de mi agrado y cambiar juntos el televisor para ver lo que están dando.

Entonces, nunca dejamos de amar, tan sólo nos damos cuenta que quizás desconocemos el amor...