ME PREGUNTAN COMO SI LA LECTURA HUBIERE CUBIERTO SUS OJOS CON LÁGRIMAS... ¿Para qué debemos amar? ¿Por qué tenemos esa extraña necesidad?... no lo sé, simplemente está, brota, como el hielo derretido luego de una tarde calurosa...
Es extraño hablar del para qué, ya que el amor no nos hace bien... nos nubla, nos hace dudar y volver a ser unos niños... quizás sea esa una respuesta, buscamos ser unos niños, buscamos ser lo que nunca pudimos ser... queremos ser rescatados de esta realidad que nos atormenta, como si el poder que tiene dicho sentimiento fuera mágico y nos levantara de este pedazo de tierra que nos aferra... tal vez buscamos escapar del sentimiento de soledad, de la angustia de sentirse inferiores, buscamos el reconocimiento, el abrazo, el cariño... la caricia nocturna que nos acompaña, las palabras dulces... buscamos que nos digan aquellas palabras que alguna vez escuchamos ridículas en las bocas de los otros, buscamos el aroma que en otros nos parecen bestiales, las imperfecciones que en otros parecen monstruosidades.
¿Para qué amar entonces?... para recordarnos que somos animales instintivos, deseosos... apetecemos ser perfectos en el otro, buscamos ese simple reconocimiento...
Buscamos ser rescatados, deseados, protegidos, buscamos que destrocen nuestros fantasmas, que nos lleven al cine o al infinito, que nos lleven regalos y que nos encuentren lindos, ricos, sensuales y humanos. Buscamos complacer al otro y despertar en la mañana sin importarnos como están nuestros rostros desfigurados por la noche. Buscamos a alguien que nos converse y que nos enseñe.... que nos escuchen, que todo lo encuentre interesante; que se rían de los chistes fomes, de las palabras patéticas y la ignorancia; que nos enseñen a lustrarnos los zapatos y sentirnos bien como somos... que nos descubran, que nos liberen de nuestras ataduras, de los secretos...
Para eso amamos, para sentirnos bien o mal, para redescubrirnos como seres humanos... amamos para extrañar al otro y avergonzarnos de esas cosas que se hacen a escondidas... amamos para no sentirnos solo...
Creo que a veces me he sentido así, como enamorado... ¿ será eso el amor?...
Es extraño hablar del para qué, ya que el amor no nos hace bien... nos nubla, nos hace dudar y volver a ser unos niños... quizás sea esa una respuesta, buscamos ser unos niños, buscamos ser lo que nunca pudimos ser... queremos ser rescatados de esta realidad que nos atormenta, como si el poder que tiene dicho sentimiento fuera mágico y nos levantara de este pedazo de tierra que nos aferra... tal vez buscamos escapar del sentimiento de soledad, de la angustia de sentirse inferiores, buscamos el reconocimiento, el abrazo, el cariño... la caricia nocturna que nos acompaña, las palabras dulces... buscamos que nos digan aquellas palabras que alguna vez escuchamos ridículas en las bocas de los otros, buscamos el aroma que en otros nos parecen bestiales, las imperfecciones que en otros parecen monstruosidades.
¿Para qué amar entonces?... para recordarnos que somos animales instintivos, deseosos... apetecemos ser perfectos en el otro, buscamos ese simple reconocimiento...
Buscamos ser rescatados, deseados, protegidos, buscamos que destrocen nuestros fantasmas, que nos lleven al cine o al infinito, que nos lleven regalos y que nos encuentren lindos, ricos, sensuales y humanos. Buscamos complacer al otro y despertar en la mañana sin importarnos como están nuestros rostros desfigurados por la noche. Buscamos a alguien que nos converse y que nos enseñe.... que nos escuchen, que todo lo encuentre interesante; que se rían de los chistes fomes, de las palabras patéticas y la ignorancia; que nos enseñen a lustrarnos los zapatos y sentirnos bien como somos... que nos descubran, que nos liberen de nuestras ataduras, de los secretos...
Para eso amamos, para sentirnos bien o mal, para redescubrirnos como seres humanos... amamos para extrañar al otro y avergonzarnos de esas cosas que se hacen a escondidas... amamos para no sentirnos solo...
Creo que a veces me he sentido así, como enamorado... ¿ será eso el amor?...
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