Suspendido en el hilo de un equlibrista. Es allí donde me encuentro. Es en ese preciso lugar donde observo todo, donde discuto con mi otro yo y me cuestiono, me atiendo, me estimulo, me entiendo...soy feliz, pero me impaciento, soy triste y me baja la pesadumbre... me siento solitario, pero conforme, satisfecho, a veces. En tardes nubladas bajo del hilo y tiendo a caminar por la ciudad buscando en los rostros ajenos tu mirada que tantas veces me animó a seguir el rumbo extraviado en la inmensidad de la noche.
Y la lluvia, ¡cómo espero la lluvia!. Espero que el verano acabe de una vez y que la lluvia vuelva a caer, esa lluvia que cae con esa melancolia que me reconforta, que me alegra, que me excita, mojando el hilo del equilibrista... lo reconozco, con el hilo mojado se hace más dificil el caminar, pero el peligro es tentador... ¡quiero sentir el olor a tierra mojada nuevamente!
Siento el aire golpeando mi rostro; a esa altura el aire es más frío. Es el mismo frío que sentí esa vez en el metro... en esa perversa estación del metro. ¿te acuerdas?... diculpa, perdí el equilibrio...
Me asujeto de prisa antes de caer, no debo caer, no quiero caer, no todavia, no es el momento, mañana sí... vuelvo a subir; observo; medito. era yo quien cortaba las palabras, quien no se adhería a las normas, quien te atormentaba, quien no te dejaba dormir, quien te pedía hablar cuando no querías, quien te atormentó con fantasmas, quien te obligó a leer en mi idioma, quien te presionó a sentir, era yo... sí... el hilo se tensa, eso es... que importa la lluvia, que importa... la tensión... ahora entiendo todo... ahora lo entiendo...
Suspendido en el hilo de un equlibrista
Arrojado por Efren en 10:15
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