DESDE AQUÍ

Desde aquí comienza el largo
y tedioso viaje... Somos
dos personajes que alguna vez se reunieron en un
punto muerto de la ciudad, que
juntos soportaron las aburridas palabras del
otro con la sola intención de
hacerse compañía. Aquí comienza el momento
exacto en que los recuerdos dejan de
ser imágenes recreadas y se transforman
en dolorosas bocas que nos devoran a
cada instante... Desde aquí comienza la
danza tediosa, las sombras
aniquiladoras, los vientos del sudeste, los pasos
perdidos en el meridional
constante de nuestros pensamientos...
Desde aquí la
soledad se ha tornado en una prostituta
linda y gentil, que te adormece con
besos lánguidos de insostenible valor. Y el
recuerdo de la cobardía te
vuelve más distante, más borroso, como los delicados
pies de la doncella que
besaste a los quince años. Las palabras, que nunca
satisfacen mi curiosidad,
ya no tienen una forma, sólo son pedazos de lo que
debía aprender, de lo que
debía decirse...
Desde aquí comienza el recuento triste, pero optimista,
de
aquellos momentos que animaron mi andar de viejo animal sabio. ¿Qué hice mal?
¿Qué? la luna sigue firme en el cielo y desde mi ventana puedo observarla...
entonces, ¿Habrá alguien que la observe con los mismos ojos que la observo
yo?... quizás... sólo quizás...
Desde aquí te veo andando por una ciudad sin nombre,
sin ojos, sin quejas, sin imágenes que nos regresen a la realidad, sin ropas
tendidas en las ventanas, sin lágrimas, ni gestos angulosos, sin música, sin
arte, sin historia, sin colores... te veo caminar por tiendas de abarrotes y
baños públicos, cines con olor a sexo y pudrición... desde aquí te imagino
caminando, viendo vitrinas de objetos que nunca comprarás y marcando números
telefónicos que nunca aprenderás de memoria.
Desde aquí, me
veo poderoso, me veo como Altazor, en la
cúspide del año que agoniza. Me veo
triste, pero satisfecho, lejano, templado,
inquieto... me veo con mi rostro
en la ventana, atento a la llegada de la lluvia
que no caerá. Me veo
complejo, porque sé que no soy el problema. Desde aquí
puedo afirmar que mi
mirada y mi ser son un todo perfecto, que nadie, nunca más,
volverá a
destruir; me veo como un político futurista, surrealista y espontáneo.
un
ser que ya regresó del infierno, que tienta a la muerte, que discute y
debate.
Desde aquí afirmo que mi cansado andar es un proceso
inacabado
de las mañanas del norte, que me enorgullezco de ser el que transita
por la
verdea izquierda, el que corta los tomates del campo y el que recita poemas
ilógicos y matemáticos.