Blogalaxia

De la necesidad de escribir

"que el verso sea una llave que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando;(...) Estamos en el ciclo de los nervios.El músculo cuelga,Como recuerdo, en los museos; Mas no por eso tenemos menos fuerza:El vigor verdadero Reside en la cabeza."
Don Vicente

esas cosas

OFELIA


…y Ofelia se exalta y termina entregándose a la muerte. Hamlet, siente culpa y desvelo, pero sabe que nada puede hacer. ¿Pero por qué Ofelia se entrega? ¿Por qué no lucha? ¿Estaba realmente loca?... tal vez, no lo sé. Nunca he leído sobre la enfermedad de ella, pero a veces creo entenderla lo suficiente... no estoy loco ni espero entregarme como ella sin antes comprender lo que a Hamlet le pasa. Hamlet, el príncipe de Dinamarca, el mismo de "to be or not to be".
…y ¿qué me pasa?... tal vez ahora comienzo a ver la luz al final de todo... no quiero creer, pero pienso: es posible que en cierta medida, o quizás en el plano amplio de la definición, tenga trastornos de personalidad, dos personas que deben aprender a convivir y que no se maten en el intento... uno, el súper CABALLERO, el alma de todas las fiestas, el seductor, el artista, el anormal, el que deja la puerta abierta para que lo vean, el que cultiva sueños impúdicos, el que escribe en términos absolutos, el seguro y eterno, el gustoso por una caricia y entregado a la risa... el que le da lo mismo el sol y la lluvia y disfruta viendo como atropellan un perro, porque según él es parte de lo hermoso, el que confía en Dios como entidad creadora, él que es fiel solo a si mismo, porque es orgulloso y muy noble, el que ama la soledad y le gusta la compañía de todos, el que esta dispuesto amar a todos, siempre y cuando se sienta comprendido y no presionado, con leyes ni cursilerías. El otro, el ESCUDERO, quiere ser normal, tener un hijo, un auto, un departamento con vista a la gran ciudad... ama las cosas simples y detesta la alegría, detesta la soledad, pero la persigue como desesperado, se sabe poco agraciado y poco interesante, se cree una minúscula parte de un todo y sabe que su vida tiene un fin... cree en un Dios castigador y un futuro incierto... le encanta ver los programas de televisión, de farándula, y no tiene interés en las personas (es que ama demasiado a una entidad imaginaria que es inalcanzable como el aire); quiere ser rescatado, porque teme no ser valorado, ama la lluvia y los días de invierno, le encanta escribir y es muy intenso. Entre ambos comparten mi mente, ellos se contradicen, discuten, pelean e intentan dañarse: comen hasta saciarse y tratan de inflingirse daños permanentes porque cada uno de ellos intenta dominar al otro. Se burlan entre si: mientras uno busca ser importante y sobresalir, el otro le recrimina que no vale la pena... Que eso no le hará feliz... el otro le pone desafíos que sabe que el uno no lo logrará y luego de eso se ríe en su cara de la falta de prudencia.
Ahora entiendo a Ofelia, entiendo que no estoy loco, sólo que necesito trabajar con ambos para poder alcanzar mis metas... necesito que hagan las paces. Estoy bien, si piensas que estoy triste o desalentado, sólo que he dado un paso importante en esta batalla que el caballero sostiene con sus propios dragones (y si piensas que estoy loco, feliz me pones, porque todos los artistas lo están)

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