¿cómo dejamos de amar?

Un entrañable amigo se enamoró perdidamente de una entidad imaginaria. La elevó a una esfera que nadie la podía tocar, incluso él (como la golodrina de la Mistral, ¿te acuerdas de ese poema?) Le alimentó el ego, la transformó en un ser perfecto... pero ella no hizo lo mismo... ella nunca le miró a los ojos... nunca le dijo nada que le hiciera sentir especial. Sufrió mucho y la intentó dejar tantas veces... pero la amaba, por eso se quedó como un imbécil esperando... (me entiendes ahora, siempre esperándote, como un todo)

Finalmente decidió dejarla... Sin embargo, sabía que si su entidad le decía una sola palabra, un solo gesto, una simple mirada, él correría a sus brazos... fue difícil... tanto, que los limites se le escapaban de las manos y se le desarmaban en sinfónicos versos llenos de angustia y dolor. Se enterró en su casa y trató por todos los medios de no ver sus ojos, de no recordarla... nunca la olvidó... eso es, ¡Nunca olvidamos!...

No podemos olvidar, porque nuestro corazón ya lo entregamos y no somos quienes para oponernos a eso. ya entregamos una parte esencial de nuestras almas y esa persona especial vivirá por siempre en nuestra mente y en nuestro corazón (así subsistes... como el recuerdo que alguna vez puedo ser) por ahora sólo nos queda intentar dejar de amar... esa es la gran utopía, sobrevivir al desamor que nos hizo darnos cuenta que somos humanos, que nos desarmó... Pero entonces, ¿Cómo dejamos de sentir? parece cosa tan simple. ¿cómo lo hacemos? ¿tenemos alguna herramienta que nos permita curarnos de un mal que parece necesario? ¿Cómo, de alguna forma u otra, olvidamos lo que dijimos, lo que de nuestra mente brotó irracionalmente? ¿Conoces acaso el mejor remedio?... no hay forma, no tenemos forma... el desamor duele, pero debemos sentirlo, como todas las emociones que brotan del alma. Debemos sufrir por lo que hicimos y lo que no dijimos... nos prometemos no volver a pensar, nos prometemos no volver a sentir... pero siempre caes, siempre nos mentimos, porque somos seres irracionales.... (a veces me gustaría de una vez dejar de esperar tu llamado, dejar de esperar tu e-mail, dejar de esperarte... ). Creo saber cual es la mejor receta de todas: debemos darnos cuenta que todas esas cosas que parecieron grandiosas y que en nuestra mente fueron actos sublimes de amor y belleza, para ese alguien no lo fueron; debemos asumir que nunca la entidad siento algo por nosotros, que simplemente fuimos un juego constante y que por un minuto logramos alcanzar esa felicidad. Debemos asumir que ese otro nunca logró vernos con otros ojos, que nunca nos quiso. Debemos darnos cuenta que nunca te llamará y te dirá que te extraña (a veces por cobardía, otras porque simplemente no lo siente); es mejor creer todo eso, es mucho mejor... es mejor...