y entonces

Y entonces,

la mirada extraviada en el espiral cósmico,

los sentimientos atiborrados en la cabeza...

el silencio...

tú, en el rincón extraviado de los cristales rotos,

tú, cruzando los confines de los recuerdos...

tú, mirando el eclipse, esperando la lluvia, recitando profanos versos...

Y la mañana se aferra a mí

plegaria mutilada de extraños sucesos.

Perdido en esa multitud de pasos,

te oigo venir desde lejos,

tu sonrisa amplia...

esas extrañas maneras tuyas de estar a mi lado sin estarlo

¿cómo no pude verme desde antes en tus ojos?

y luego la fatalidad de estar sentado en la colina amplia

y luego, la nostalgia...

el agua que recorrió los laberintos que me refugiaban de la tormenta

¿te acuerdas?, esas noches sosteniendo mis manos

evitando que mi cabeza estalle en partículas de desesperadas penitencias.

y entonces, tú que te animabas viendo aureolas en el polo,

tú que te alegrabas viendo tu vida en mis palabras,

ya no estás.

decidiste perderte entre la problemática real de ser,

entre la construcción de un pasado,

y te fingiste en un futuro sin presente.

y entonces, ¿eres realmente tú,

ahora que te sientas en tu colina a meditar?

¿ahora que te miras a tu espejo y limpias tus cabellos,

lograste limpiar mi imagen de monje enmudecido al dolor?

quédate un instante a mirarme desde la distancia...

confróntame,

di que todo es agonía en tu ausencia,

di que las mañanas se aquietaron desde hace tanto

di que ya nada es lo mismo

o, dime que todo volverá a quedar como antes,

que no soy el desecho de las primaveras lunares.

di que soy porfía de escritor frustrado, mediocre ser, hilarante ser.

y entonces, me aferro a suposiciones,

a sueños

a lo que mi mente distingue entre la verdad aparente

y la mentira de pendencieras palabras.